Hacía ya un par de semanas que traía haaarto antojo de un dogo del tutuli, anoche le mandé mensaje a la mujercita roncha pa que me acompañara.
Los dogos del tutuli, para el que no sepa, son los dogos más populares de esta ciudad. La fila para ordenar nunca termina, las salchichas o el pan pueden terminarse pero la fila nunca, esto fue lo que me sucedió ayer justo cuando era mi turno, me dice el señor "se acabaron los winis pero ya no tardan en traerme los otros" o_O con el antojo que me cargaba dígame usté si no fue irónico. Esperamos como una eternidad 10 minutos en lo que llegaban y lo más impresionante es que nadie se movió en busca de otro lugar donde cenar, y mire usté que si algo abunda en esta ciudad además de los expendios, son los puestos de dogos.
El punto aquí no es mi desgracia "hotdoguera", si no que ahí me encontré a un amigo que andaba acompañado de Jerome, un chico francés que trabaja de asistente en la escuela de idiomas y que también, por puro gusto, agarró chamba de mesero en una recepción de 60 o 600 invitados (trae confundidos los números) en San Pedro; y de Johannes (Juan pa los cuates), un antropólogo danés que vive en Nicaragua donde hace su tesis sobre el Sandinismo, y que vino aquí para presentar su Documental titulado "La jóven revolución hondureña".
Así que ya saben, hay que ir.